jueves, 12 de noviembre de 2009

Bryson Daniel.

Bryson Daniel.
Nació el día 5 de Noviembre del 2007 a las 10:00 de la mañana en el Hospital Materno Infantil Gregorio Marañón - MADRID, por parto natural, un bebe grande y hermoso, rubio de ojos azules, que pesó 4.120 kg y midió 51.2 cm.


El parto de Bryson al igual que el de Enyel fue largo, más de lo que jamás yo había podido imaginar. 
Antes de la llegada del gran día en mi cabeza habían miles de cábulas: será corto porque ya tenía experiencia, estaría más relajada porque ya había pasado por ello anteriormente... Pero nada es como uno se lo imagina y cada niño va forjando su destino desde el primer momento.

Ingrese en el maternal el día 3 de Noviembre a las 09:00 de la mañana ya que era el día que salía de cuentas, otras mujeres tal vez se hubieran quedado en casa esperando a esos dolores fuertes que presagian un parto inminente, pero mi impaciencia no me dejaba e ingrese más fresca que una rosa, sin dolores, sin temores, solo con la ilusión de salir pronto con mi niño en brazos.

Al estar ingresada mas de 24h y Bryson no querer dar señales de querer nacer, sino de todo lo contrario, ya que se subió hacia arriba y amplio mi caja torácica, 
mi comadrona me tuvo que explicar que me tenían que provocar e inducir el parto ya que el niño no tenía muchas ganas de comenzar a gestionar un parto natural y fue cuando me inundo el miedo y los temores, mi tranquilidad de mujer experta se fue por el desagüe y volvió la miedosa primeriza que no sabía dónde iba y que su único deseo era que su hijo naciera con bien.

Después de horas y horas de esperar (horas de intenso dolor) en cuestión de minutos vino al mundo con llanto fuerte, obligando al tiempo a pararse solo para nosotros dos... el regalo más bello de este mundo es sentir esa sensación de paz y amor cuando te dan a tu pequeño en tus brazos.


Bryson es mi segundo regalo, amado y deseado tanto como su hermano Enyel, por tenerlos en mis brazos a ambos vuelvo atrás y si es necesario vivo esos momentos 1.000 veces, porque no hay mayor bendición que tener un hijo.