martes, 15 de noviembre de 2011

Como vamos en el colegio


Hace unos días tuve una reunión muy extensa con los profesores de mis hijos mayores, quería empaparme bien de cómo van y del rendimiento que van llevando este nuevo curso.

Enyel:
-        Todos sus profesores (Sin dejar a ninguno) llegaron a decirme que es muy nervioso, que es un trasto revoltoso y desordenado… que lleva a la clase revolucionada, al igual que su mural de mal comportamiento que lleva estrellas para alumbrar al país entero. // Destacan su agilidad para excusar sus travesuras.

-        Me comentaron también que es muy aplicado y participa muy activamente en clase (En ocasiones demasiado) , sus notas son excelentes, nunca deja de hacer sus deberes y se ofrece voluntario a cualquier actividad. // Destacan su ahínco para conseguir las cosas.


-        Es el delegado de la clase por mayoría absoluta, todos sus compañeros lo adoran por que es un leyes, solidario y amigo de sus amigos. // Destacan su complicidad con sus compañeros.


Bryson:
-        Todos sus profesores han coincidido en que es muy terco, conteston y parlanchin… Vive poniendo pegas a todos y ya ha estrenado el rincón de pensar en varias ocasiones. // Destacan su bondad y que siempre reconoce sus errores, aunque le cueste tiempo.

-        Dicen de él que es muy activo en clase, que siempre es uno de    los primeros en terminar sus ejercicios, pero que aún sigue    presentándolos como si un elefante los hubiera pisoteado.//   Destacan su desparpajo a la hora de exponer sus ideas.

-        Es amigo de sus amigos, no pone pegas a la hora de compartir y le encantan los juegos en grupo. // Todos han destacado su predisposición a cualquier actividad y su cambio con respecto al año pasado, ya que esta mas abierto y extrovertido.


La verdad, Salí tan contenta de la reunión al saber de primera mano que mis hijos van bien en sus estudios, que los valores que intento enseñarles los van aprendiendo… Me encanta que sean niños, que sean tal y como ellos son, que no se escondan. Son revoltosos, curiosos, pero con un alma muy sana.

Cuando regrese de la reunión ambos me estaban esperando con cara de situación, yo les pregunte ¿No tenéis que decirme nada?... Enyel comenzó con: - Todas las estrellas tienen un porque y no siempre es malo (Seguido de una sonrisa picarona) y Bryson le interrumpió con un: “Mamá, ahora me estoy portando bien” … Los amo, los amo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

En busca de un cumpleaños especial.



Este 4º cumpleaños de Bryson ha sido más especial para mí, que tal vez para el propio cumpleañero, mi remordimiento de madre, la espinita que llevo clavada por alejarme tanto de ellos y la herida que se abre cada vez que me marcho, hace que todo lo que les preparo sea un mundo para mí, mundo que en ocasiones se convierte en odisea, os cuento.

Llevo planeando la fiesta de Bryson como 3 o 4 semanas (sin exagerar) buscando que sea especial, intentando redimirme por tantas idas y venidas, por mis noches de ausencia, por las actuaciones que me he perdido en todo este tiempo, vamos, buscando un perdón de mi misma.

Bryson quería una fiesta multicolor, con un payaso, con muchas chuches, con bolas y un gran pastel, él llevaba con esta idea desde el cumpleaños de Enyel y, yo como madre “consentidora” hice todo lo que estaba en mi mano para que su día fuera tal y como el quería.

Comenzamos a celebrar el cumpleaños de Bryson el viernes 4 de noviembre, como ya es costumbre lleve unas bolsitas variadas a la hora del almuerzo para que Bryson compartiera con sus compañeros de clase.
Esa mañana Bryson estaba algo tímido (raro en él) y con mucha mamitis (poco común a esa hora)… La profesora me comento que llevaba así toda la mañana, tristón! Y me puse neurótica, salí de la clase con un peso en el corazón y un ¿Qué le sucede a mi niño?.
A la recogida intente indagar en su desanimo, nada normal para un niño que esta en plena pre-celebración de su 4º aniversario y la verdad es que no pude sacarle gran cosa, solo un “mi cumpleaños es mañana”.

El resto del viernes transcurrió tranquilo, él desanimado solo quería mis brazos y mis besos, yo angustiada consintiéndolo a mas no poder. Bryson volvió a ser el pequeño y consentido de la casa, puesto que Guillermo le cedió por cortesía ese viernes.

Sábado 5 de Noviembre.

Comenzamos él día con gritos, risas y muchos besos. Esa misma mañana le hicimos la entrega de sus primeros regalos y el Mimoseen se nos fue animando, su papá le tenia reservado un día de chicos en el cual comieron juntos e hicieron varias actividades, una de ellas fue ir al zoo (cosa que a Bryson le encanta…yo diría que mas y mas, mientras mas veces va).
Mientras todos mis chicos estaban fuera yo preparaba la casa, una casa multicolor para mi niño, me tiré toda la mañana dando vueltas, que si hay que recoger los globos, los presentes a los invitados… que si los saladitos se han olvidado y la tarta?, donde esta la tarta?...imaginar, un día de locos, que mereció la pena por ver esa carita de felicidad, de ilusión y nerviosismo cuando entro y vio todo lo que había preparado para él.
Bryson quedo súper sorprendido,  y esos ojos azules tan grandes le brillaban como estrellitas, yo feliz como una perdiz y mas cuando de esa boquita salió un “Eres la mejor mamá del mundo” (¡Dios!, eso me caló tan hondo, que hoy al recordarlo se me pone la piel de gallina, lastima no haberlo grabado para ponérselo cuando lleguemos a la adolescencia) .
La tarde transcurrió con normalidad, un cumpleaños lleno de niños corriendo y dando gritos, un circo en el cual el payaso tubo que soportar esas vocecitas incansables detrás y delante de él (Payaso: un gran amigo de la familia, al cual Papá Dios le ha perdonando todos sus pecados por la tarde que soportó), un juego de bolas que sufrió lo que no esta escrito, asta los niños grandes (mamás y papás) entraron a darle su probadita,  fue una fiesta muy divertida donde disfrutamos grandes y pequeños, bailando y comiendo (En dieta al día siguiente).

Al terminar la fiesta Bryson volvió a ponerse “ñoño” y se “empierno”, pegándose como una lapa a mi persona, no me dejo hacer nada mas esa noche. Desde el fin de la fiesta asta que quedo dormido, yo estuve cargando a un señorito de 4 años tal y como lo tomaba cuando era un recién nacido, acunándolo (Lo consentí y no le pregunte que le estaba pasando por esa cabecita que lo ponía tan triste).

Días después me confesó que había pedido al soplar las velas “Que mami no trabaje más”… él solo quiere que se cumpla su deseo, y yo intentaré que se cumpla aunque sea su concepto principal, que “mami este en casa como antes”.