Bryson al contrario de Enyel desde que nació siempre ha sido un meloso, un niño muy dulce y alegre, que me ha llevado por el camino de la locura extrema con sus actos de desparpajos y ocurrencias.
Ahora que cumple su tercer año siento miedo a esos pequeños cambios en su carácter que deja entrever, esas travesuras conscientes que lo hacen ver como el bicho mas travieso y escurridizo del mundo, esas explicaciones complejas que se le ocurren cuando le reclamas, ese don de meloso que a aprendido a utilizar como todo un galán para librarse de sus castigos… ainsss, siento algo de neura al ver a mi pequeño Mimoseen crecer y convertirse en un monstruito, que me reclama libertad e independencia con esa vocecita dulce al decirme “Mami ya soy mayor”… como que ya eres mayor, si solo tiene tres años?. Se que Bryson copia y aprende de su hermano, el quiere tener la misma libertad y agilidad que Enyel para poder así seguirlo, PERO el no puede crecer 3 años y alcanzar a Enyel así de repente, no?… aunque esta empeñado y es capaz de conseguirlo, por que hay que ver lo terco que es cuando quiere algo, y ñin, ñin, ñin… asta que lo consigue, hay, es clavadito a Enyel, terco como una mula, herencia de su padre… y que hacer? La verdad es que poca cosa… tengo en casa una especie intríngulis de edades, yo quiero ser como tu y aquel como yo… vamos no se salva ni Guillermo, mi pequeño que vive al margen del mundo loco que viven sus hermanos.
Bryson es mi punto alegre, desparpajado y ocurrente que da alegría y viveza a mi vida, aún con sus travesuras y las ganas que me dan de comérmelo para que su comportamiento revoltoso no vaya a más.
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